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Eliminar las malas hierbas de forma natural, sin utilizar pesticidas

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Todavía queda más de un mes de invierno, pero ya flota cierto aroma a primavera en el ambiente. En mi jardín se aprecia cierto despertar: las yemas de los arbustos comienzan a engrosar, asoman algunas flores tímidas y, ¡como no!, proliferan “malas hierbas[1]. Por poco que nos guste, la maleza es parte del jardín y jamás nos desharemos de ella por completo. En realidad no son plantas malas. El daño que hacen está solo en nuestra percepción de lo que deseamos que sea nuestro espacio verde y hasta cierto punto es comprensible que eliminemos lo que no nos gusta ver en él.

Las plantas adventicias aparecen por todas partes: jardines, caminos, calles, aceras… Las hemos convertido en el enemigo a erradicar y la industria química se ha beneficiado de nuestro deseo de acabar con ellas. Mientras tanto, poco bien hacemos al medio ambiente esparciendo productos que perjudican la fauna y contaminan el agua. Mucho más importante que acabar con la maleza es terminar con el uso del veneno que inoculamos con el deshierbe químico.

Sabemos que cada vez hay menos jardineros que usan herbicidas sintéticos, pero seguro que sabes de algún vecino o conocido que todavía los emplea. Les cuesta pasar a los productos naturales y ecológicos porque no son tan potentes como los químicos. No existen soluciones milagrosas (vinagre blanco, jabón de potasa, ortiga…) No hay herbicidas orgánicos que sean selectivos, totales y definitivos; pero no nos engañemos, tampoco los químicos son la panacea.

Es hora de hablar seriamente del control de malezas mediante escardado y uso de herbicidas ecológicos. Existen técnicas que ayudan a desyerbar, sin químicos, las diferentes áreas del jardín.

Eliminar hierbas en zonas de grava, arena o pavimentos

Seguro que (como yo) has arrancado alguna vez una planta que crecía entre la unión de las losas de tu terraza. Las hierbas son caprichosas y aparecen donde menos te lo esperas. Los caminos de arena o de grava y las zonas pavimentadas no se salvan de ellas. Aunque estén separadas del jardín, estas zonas permeables no deben tratarse tampoco con herbicidas. Con la lluvia el producto se lixivia y termina en los cursos de agua. ¿Cómo evitar este problema? Existen varias soluciones.

Escarda térmica

La escarda térmica consiste en utilizar una fuente de calor para deshidratar las hierbas. Existen dos tipos de máquinas escardadoras en el mercado: las de gas, que funcionan con una bombona de gas ligera, y las de infrarrojos, que implican menos riesgo de combustión.

Esta técnica se utiliza en brotes jóvenes, especialmente en primavera y principios de otoño. También se puede realizar en invierno; sin embargo, las plantas adultas son menos sensibles al calor y para eliminarlas habrá que insistir. En  verano o con clima seco no debe utilizarse esta técnica por el riesgo de incendios.

Escarda manual

Eliminar a mano las malas hierbas es lo más clásico y funciona realmente bien. Una gubia facilita eliminar brotes jóvenes de raíz. Para sacar las plantas con raíces grandes nos vendrá muy bien ayudarnos con la azada.

Herbicidas naturales

El principal problema de este tipo de herbicidas es que no son selectivos, por lo que es complicado utilizarlos en el jardín sin que perjudique a las “plantas buenas”. Uno producto muy efectivo es el vinagre blanco puro. Pulverizando un litro de vinagre blanco puro se destruye el follaje casi de inmediato y la planta muere, aunque las hierbas con raíces profundas puede que resistan y rebroten.

Evitar la aparición de malas hierbas en caminos, pasillos y zonas de paso

En estas zonas lo más conveniente es instalar una malla geotextil que evita el crecimiento de plantas en el subsuelo. Nombro la geotextil porque es la más extendida en la actualidad, pero en mi jardín puse hace años una malla de tejido plástico y también funciona muy bien. 

Para que el árido del camino no se salga de su lugar invadiendo la zona de plantación conviene limitar la zona con una bordura. Aquí[2] os explicaba toda la instalación paso a paso.

Eliminar malas hierbas bajo los macizos de arbustos y setos

¿Quien no ha pasado horas sacando hierbas no deseadas del césped o entre las plantas del jardín? El modo efectivo más efectivo de hacerlo es a mano, pero hay trucos para hacerlo con comodidad y eficiencia para que el rebrote sea menor.

  • Usar herramientas adecuadas. La gubia es un pequeño cuchillo muy útil para arrancar plantas pequeñas de raíz, la azada nos ayudará a sacar las más grandes y la escardadora facilita trabajar en zonas amplias. 
  • Desherbar en el momento oportuno. Las malas hierbas salen con facilidad si el suelo está seco y suelto. Un par de días después de una buena lluvia es el momento idóneo para hacerlo. Si el terreno es arcilloso, hazlo cuando el suelo no esté pegajoso pero tampoco demasiado seco.
  • Desherbar a principios de primavera, antes que las plantas desarrollen un fuerte sistema de raíces. Cortar la parte aérea es suficiente para matar las hierbas anuales. Si son perennes, habrá que arrancarlas de raíz.
  • Eliminar la maleza antes que produzca semillas y las esparza por el jardín.

Evitar la aparición de maleza entre los macizos 

Si quieres evitar que hierbas no deseadas se instalen entre tus plantas favoritas utiliza sencillas técnicas que ayudan mucho:
  • Planta macizos densos donde tus plantas favoritas compitan por los recursos entre ellas sin dejar espacio para la maleza.
  • Utiliza plantas cubresuelos. Existen muchas, vivaces o arbustos, que se extienden sobre el terreno con rapidez y no dejan que se instalen otras hierbas. Son plantas que, además, mantienen el suelo fresco y protegen a los insectos buenos. Hay muchas para elegir: Phlox subulata, Ajuga reptans, Vinca minor[3], Lysimachia nummularia, Epimedium, Desmodium, etc.
  • Cubrir el suelo con acolchado. El acolchado, mulching o mantillo, evita el desarrollo de malas hierbas a la vez que retiene la humedad del suelo (con el consecuente ahorro) y mejora la estructura del suelo.
  • Recorta los bordes. Delimitar con pulcritud las zonas de césped y las borduras no solo permite conseguir un aspecto más limpio de jardín, también sirve para evitar que las hierbas rastreras se extiendan a otras zonas.

Eliminar maleza en la huerta

La huerta, al igual que el jardín, no se salva de hierbas silvestres que compiten con los vegetales que cultivamos. Erradicarlas por completo es complicado, pero con un poco de prevención evitaremos que la maleza prolifere en exceso.

  • Retira las plantas adventicias de forma regular y antes que crezcan en exceso

Evitar la aparición de malas hierbas en la huerta

  • Practica la “falsa siembra” unas semanas antes de la siembra definitiva
  • Organiza el huerto en filas rectas para facilitar el acceso con la azada
  • No siempre se puede tener el suelo cubierto, pero acolcha la tierra en cuanto sea posible
  • Practica la asociación de cultivos correcta. Sean plantas comestibles o no, ciertos vegetales juntos se protegen contra ciertas plagas y enfermedades. También ocupan el suelo al máximo, dejando poco espacio para las hierbas no deseadas
  • Siembra “abonos verdes” entre cultivos. Son plantas que enriquecen y mejoran la estructura de la tierra a la vez que protegen el terreno de la lixivación y erosión de la lluvia. También compiten con las malas hierbas evitando que proliferen. Hay distintas especies, cada una con determinadas propiedades que se pueden utilizar según los efectos deseados: mostaza blanca, trébol, alforfón, etc.

Herbicidas naturales

Se pueden reemplazar los herbicidas químicos por sustancias naturales que facilitan acabar con la maleza sin producir contaminación. Aunque su efecto no son tan potente, compensa el hecho de causar menos daño al medio ambiente y a nuestra salud.

  • Vinagre blanco o ácido acético. El vinagre es un producto biodegradable e inocuo que no contamina. Es barato y su impacto sobre el suelo y la fauna es muy limitado.
  • Ácido pelargónico. Es una sustancia secretada por el pelargonio[4] y que impide el crecimiento de otras plantas (alelopatía). Aún siendo un herbicida orgánico hay que aplicarlo con precaución porque siendo inocuo en pequeñas dosis, a largo plazo podría resultar tóxico.
  • Agua hirviendo. El agua en ebullición puede acabar con cualquier planta sobre la que caiga. Su uso no es viable entre macizos de plantas ornamentales, pero sí muy útil en senderos y terrazas.

Herbicidas orgánicos caseros que en realidad no son tan buenos como creemos

Por Internet circulan muchas recetas de remedios caseros ecológicos contra la maleza que, lejos de ser inocuos, pueden provocar graves consecuencias en el medio ambiente.

  • Sal. Al contrario de lo que se pueda leer, el uso de la sal como herbicida es todo menos ecológico. Por pequeña que sea la dosis, el impacto sobre el medio es dañino. La acumulación de sal contamina suelos y aguas subterráneas, y destruye fauna y flora silvestre sensibles a la salinidad.
  • Lejía. La lejía es tóxica, corrosiva y destructora de organismos vivos. Su uso en el terreno puede matar bacteria, hongos y otros microorganismos útiles.
  • Purin de ortigas[5]. El extracto de ortiga fermentado es bastante efectivo contra malezas, pero su uso intensivo produciría la contaminación del suelo y el agua debido a su alto contenido de nitrógeno.
  • Bicarbonato de sodio. Al tratarse de una sal, su uso en grandes cantidades no es inocuo para el medio ambiente
  • Herbicidas químicos biodegradables. No hay que creer a pies juntillas todo lo que la publicidad afirma sobre productos maravillosos que eliminan lo malo sin hacer ningún daño a los cultivos buenos. Durante mucho tiempo se afirmó que sustancias como el glisofato eran biodegradables y en la actualidad está probado que terminan en los acuíferos. 
En lugar de buscar soluciones fáciles que a la larga pueden ser perjudiciales, vale la pena enfrentarse a las hierbas con las manos ayudados de una gubia, azada, etc. Es el herbicida más eficaz y mejor para nuestra salud.

Otra mirada a las “malas hierbas”

No existe maleza como tal, sino plantas espontáneas que crecen donde al jardinero no le interesa. ¿Y si las miramos de otra forma? Las malas hierbas también pueden ser parte del jardín. En lugar de gastar esfuerzos en erradicarlas, cosa que nunca se consigue del todo, basta controlar su crecimiento para que no afecte al cultivo de nuestras plantas queridas. La fauna silvestre y sobre todo los insectos buenos como las abejas, necesitan esas plantas silvestres que les proporcionan refugio y alimento. No se trata de abandonar el jardín, sino de ser tolerantes y no dramatizar. Un jardín con “malas hierbas” puede ser hermoso. Demos la bienvenida a la biodiversidad en nuestro pequeño espacio verde.

References

  1. ^ malas hierbas (www.guiadejardin.com)
  2. ^ Aquí (www.guiadejardin.com)
  3. ^ Vinca minor (www.guiadejardin.com)
  4. ^ pelargonio (www.guiadejardin.com)
  5. ^ Purin de ortigas (www.guiadejardin.com)